miércoles, 22 de junio de 2011

Alimentación En Preescolares

La edad preescolar engloba la etapa desde que el niño comienza a caminar hasta que acude regularmente a la escuela, es decir de uno a seis años de edad.

Es un periodo de disminución en la velocidad de crecimiento y por lo tanto de la ganancia de peso y talla anual en comparación con el primer año de vida. Esto implica que las necesidades nutricionales sean menores. En el niño se va a manifestar como una disminución del apetito e interés por los alimentos.
En esta época de la vida es en la que se comienzan a crear los hábitos alimentarios saludables que van a repercutir en la alimentación de los años posteriores. Estos hábitos pueden verse influenciados por lo que come el resto de la familia u otros niños, sobre todo respecto a lo que les gusta y a lo que no.
Se debe establecer un ambiente positivo y tranquilo ante el acto de comer, preferiblemente en familia o con otros niños, evitando comer con la televisión o con juguetes en la mesa que puedan distraer al niño. En la hora de la comida hay que comer, y en la de los juegos jugar.  
 

Cómo organizarse:
Hay que acostumbrarle a mantener unos horarios de comidas regulares y organizados en desayuno, comida del mediodía, merienda y cena, aunque no se debe ser estricto. El picoteo de chucherías entre comidas suele resultar inevitable, pero debemos hacer que sea limitado. Nunca constituirá parte importante de la alimentación diaria ni se utilizará como recompensa. Durante esta época puede haber una gran diferencia entre lo que el niño come en una comida y otra, o con respecto a otros niños de la misma edad. No hay que preocuparse por ello porque por lo general una comida copiosa suele ir seguida de una más escasa y viceversa, pero al final del día el aporte global será el necesario. Hay que respetar el apetito del niño. Si en ocasiones tiene menos ganas de comer no se le debe forzar a hacerlo.
El niño va a ir aprendiendo a desarrollar sus preferencias y gustos en cuanto a sabores, olores y texturas. Para ello se le ofrecerá una gran variedad de alimentos. Una presentación atractiva de los nuevos alimentos facilitará que el niño los acepte. Si los rechaza es mejor no obligarle a que se los coma, y pasado un tiempo se probará de nuevo a dárselos en pequeñas cantidades para que se anime a comerlos. La reiteración es la manera más eficaz para conseguir que el niño coma de todo, pero siempre respetando, en la medida de lo posible, las preferencias y rechazos del niño.


Autoalimentación:
Antes de que cumpla el primer año hay que permitir al niño que participe en las comidas aunque se manche. Generalmente a partir de los seis meses son capaces de sujetar el biberón con ambas manos, y a los ocho o nueve meses llevarse a la boca galletas o bizcochos. En cuanto sea posible, entre los diez y doce meses, se le debe permitir emplear la cuchara aunque al principio caiga más alimento fuera que dentro de la boca. Hacia el final del segundo año los niños deben ser capaces de comer solos casi completamente.

Comidas principales:
 

Desayuno: el desayuno es una de las comidas más importantes del día. Va a suponer el 25% de las necesidades nutricionales diarias. Si un niño no desayuna bien es muy habitual que baje su rendimiento escolar. Un buen desayuno debe incluir: productos lácteos (vaso de leche, yogur, o ración de queso); cereales, galletas o tostadas, y frutas (en pieza entera o en zumo). Se puede ir variando el tipo de desayuno para que el niño no se canse de comer siempre lo mismo. Si no ha tomado desayuno suficiente se le ofrecerá a media mañana un pequeño almuerzo, ya esté en casa o en el colegio. Durante el segundo año puede seguir tomando la leche y los cereales en biberón, pero a finales del mismo conviene sustituirlo por una taza. Hasta los 18 meses es mejor darles leche adaptada que leche de vaca. Pueden utilizarse las leches de continuación o tipo 2, o las leches de crecimiento.
Comida:la comida va a constituir aproximadamente el 30% de las necesidades nutricionales. En ella se deben incluir alimentos de todos los grupos: cereales (pan, pasta, arroz), verduras, alimentos proteicos (carne, pescado, huevo), fruta y lácteos. Puede estar compuesta por dos platos o por un plato único.
Merienda:la merienda va a permitir al niño continuar en actividad hasta la hora del baño y la cena. Para evitar que más tarde no cene, la merienda no debe ser muy abundante. Puede consistir en papilla o piezas de fruta, un pequeño bocadillo o leche con alguna galleta.
Cena:la cena debe darse un rato antes de que el niño se vaya a la cama. Los grupos de alimentos que se pueden preparar para la cena son los que se han citado para la comida, aunque conviene evitar darle exactamente lo mismo. Antes de irse a dormir se le puede ofrecer un vaso de leche o un yogur. 


La nutrición de niños preescolares se caracteriza por:
  • Una disminución del aporte de alimentos en relación con su superficie corporal.
  • Preferencias y rechazos de determinados alimentos. Este patrón comienza luego del año de vida y va acompañado del total rechazo de alimentos que por ejemplo hasta el día anterior eran considerados una delicia.
  • El desinterés por la comida , esto no está relacionado en forma directa con un menor aporte de nutrientes, si los alimentos que consume poseen los principios nutritivos esenciales.
Desde el punto vista nutricional, estos cambios son normales y predecibles, debido a que, entre otras cosas ha disminuído la velocidad de crecimiento, característica hasta el año de edad.

Es necesario tener presente que se puede perder el control de lo que come el niño, ya que en la mayoría de los casos suelen almorzar en la escuela, por lo tanto es muy importante el aporte de los maestros en este tema, comentando que ha comido y que no.

La nutrición de niños preescolares, debe ser completa y equilibrada, debe contener alimentos con cada uno de los principios nutritivos esenciales para asegurar un buen crecimiento.
  • Grupo de Proteínas: Lácteos, carnes, huevo.
  • Grupo de Hidratos de Carbono: Vegetales, frutas, cereales preferentemente integrales, legumbres.
  • Grupo de grasas: Aceite de uva, girasol, oliva, maíz, mantequilla o margarina.
A estos grupos debe sumarse el consumo de zumos de frutas recién exprimidos y agua. Alimentos de cada uno de estos grupos de nutrientes deben estar presentes en la dieta diaria de un niño en edad preescolar.



Si el niño por alguna razón ha perdido peso, se pueden poner en práctica distintos tips, que en poca cantidad de comida, aumente su valor calórico y nutritivo:
  • Agregar lecitina de soya, germen de trigo a las pastas, sopas, cereales en general.
  • Incorporar queso, crema a preparaciones como puré, budines, etc.
  • Agregar miel a los zumos o licuados de frutas.
  • Agregar frutas y/o cereales al yogur.
  • Adicionar frutas a postres como gelatinas, flanes, postres de leche.
  • Agregar leche en polvo a distintas preparaciones.
Estos son algunos ejemplos que pueden ayudar a mejorar la nutrición en niños preescolares. Recuerda que es muy importante el control periódico del pediatra. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario